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Un pájaro habita su árbol
Y le canta agradecido el paisaje
Las lindezas sutiles de las flores
Y las ramas y las hojas y los frutos
En el éxtasis primitivo y vital
De su espacio y alimento
Unas manos se acercan
Y cercan su entorno
El pájaro desde lo suyo
Canta ensombrecido la degradación del horizonte
Y la triste parcelación de su mirada
Unas manos se acercan
Y atentan horizontalmente
Contra la sagrada integridad y verticalidad
Del dulce vegetal despedazado
El pájaro privado de la facultad de la alegría y el vuelo
Canta su vértigo y caída
Unas manos se acercan
Y hacen de los restos leña
El pájaro perdido y roto
Canta desde lo único que le queda
Las raíces
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